
Camino sigilosa por la vida,
mis venas tienen brasas de pantera,
en mis entrañas ruge muy artera
esa pasión salvaje que intimida.
Te doblega mi presencia aguerrida,
arrastrado por tu alma aventurera,
feneces a mi garra carcelera
cual presa fácilmente sometida.
Atrapado en las redes del deseo,
te fundes en el magma de mi flama
e inevitable cedes tu cimbreo.
Lujuriosa mirada bamboleo,
me alimento del néctar que derrama,
tu cuerpo convertido en mi trofeo.
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