
Tus ojos, chispeantes, vivaces, bellos
tiernos, si me miras con calma,
cuando arrecia la tempestad en tu alma
brillan todas las centellas en ellos..
En sus resplandecientes destellos,
a veces, un gran ciclón se advierte,
si mi delito es quererte,
¡senténciame!, tú, eres mi juez
te ruego, mírame otra vez,
y luego condéname a muerte.
Se que fatal es mi destino
más no he de retroceder,
deseo por siempre arder
en las llamas de tu fuego divino.
Tus ojos como lago cristalino
donde he vuelto a sonreír
y si algún día dejara de existir,
cubre con tu rocío mis despojos,
después cierra los ojos
para nunca volverlos a abrir.
2 comentarios:
¡¡¡Que bueno es este poema!!!
No lo había leído.
Conozco tu obra, pero la parte de rima blanca, la conozco menos, y te digo que me ha encantado.
Besos Stella.
Te felicito amiga.
Gracias mi dulce Peque, por estar en mis letras.
Besitos de lluvia
Stella Maris
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